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Un negocio prospero que generaba treinta y cinco empleos directos casa propia, carros, comodidades y un crecimiento económico personal importante.

 

Además de dos proyectos ya pensados y listos, solo para comenzar a ejecutar. Era lo que había logrado esta empresaria venezolana, y que representaba todo por lo que había trabajado desde muy niña.

 

A pesar del franco declive social que se vivía en su país y el pésimo futuro que proyectaban los economistas, aún creía en la tierra donde el aroma se lleva en la piel y el cuatro en el corazón.

 

Hasta que un día, el deterioro social toco a su puerta. Fue víctima, en menos de un mes, de dos asaltos a mano armada donde su vida, estuvo en riesgo.

 

Por primera vez sintió que su país, ya no podía proporcionarle la seguridad y la tranquilidad, que tanto su hija como ella necesitaban. Al mismo tiempo que las predicciones de los expertos en finanzas, poco a poco iban haciéndose realidad.

 

Así que cansada de nadar a contracorriente, llena de rabia y frustración, decide embarcarse en la aventura de emigrar. Sin manejar el idioma, sin documentos legales y sin conocer a nadie que las pudiera recibir…

Llega a Miami en el año 2001, con la única compañía de su pequeña hija María José, de tan solo 9 años y una maleta roja.

 

El miedo la invadió casi de forma inmediata al bajar del avión y este era tan intenso, que al tomar el autobús que realizaba el recorrido hacia los hoteles más cercanos, no se pudo bajar, sino hasta después que el autobús ya había hecho dos veces el recorrido, y el chófer le preguntara:

 

-señora déjeme saber por fin… en que hotel se bajara.

 

Lo creas o no, el traer consigo algo de capital financiero no le brindaba ninguna certeza, sabía que con cualquier mala decisión podía perderlo todo.



No fue sino hasta que entro a la habitación del hotel, que pudo caer en cuenta de su realidad y de lo profundo que era ese miedo.

Pensaba: ¿Qué hacemos aquí solas y sin familia? ¿Por dónde comienzo? ¿Cómo consigo dónde vivir?


Esa noche, encerrada en el baño de la habitación para que su hija no pudiera verla llorar le pidió a Dios, entre lágrimas, temor y mucha incertidumbre, que le diera el impulso que necesitaba, para encontrar un camino.


Al amanecer ya no hubo más lágrimas, y en su lugar comenzó a latir una fuerza interna que, a partir de ese día, la hizo Imparable.


Lo intento todo… repartió volantes en las calles, abrió varios negocios similares a los que tenía en Venezuela en los malls de Miami, pero en cuatro meses, tuvo que cerrarlos. Y no solo eso, cada día quedaba con menos dinero del capital inicial, que había traído consigo.


La realidad era que entre la renta, el carro y la comida, apenas sobrevivían.

¿Sabes que sucedió entonces?

Se dio cuenta de que en este país, el pez grande se comía al chico de una mordida, que era indispensable antes de emprender, des-programar todo lo que sabía de negocios y aprender cómo se hacen estos, en Estados Unidos.

Así que comenzó a trabajar para otros, de esta manera pudo observar, estudiar, captar y adquirir la experiencia necesaria, mientras que realizaba estudios sobre negocios.


Ya con todas las herramientas, conocimientos y experiencias adquiridas decide… ¡Emprender! Pero esta vez, tomando riesgos calculados, más no completamente improvisados

En la actualidad lidera una empresa que organiza eventos y expos de negocios empresariales, donde la comunidad hispana, que se encuentra en el sur de la Florida, se conecta a través del Networking con la gente clave y por la que han pasado, más de 25 mil emprendedores hispanos.


Hoy me enorgullece decir que gracias a todo lo vivido y trabajado, esa mujer de la maleta roja, que un día llego al aeropuerto de Miami llena de miedo y que incluso ha sido reconocida por el congreso y el Gobernador de la Florida, por ser una de las líderes hispanas influyentes…

¡SOY YO!

En cuanto a mi pequeña, fue becada en la Florida Internacional University (FIU) y se graduó con honores. En el presente, María José es una talentosa líder que apoya a jóvenes en su desarrollo social, y trabaja para una de las compañías más grande de tecnología a nivel global, llamada SAP.

Si te preguntas por la maleta roja,

que me traje cargada de sueños y anhelos de vivir en un país seguro y lleno de oportunidades, ya no luce como antes, se ha ensuciado de tanto tirarla y sus ruedas desgastadas de tanto rodar.


Sin embargo, aunque por fuera luzca gastada, lo importante fue lo que guardé en su interior y como está me ayudo a protegerlo.

Por eso ella siempre será parte de mi historia y un eterno recordatorio para mí, de que en la vida:


  • Fracasar no te hace un fracasado, al contrario te llena de experiencia invaluable.
  • Que es posible soñar en grande, con la cabeza en el cielo y los pies en la tierra, pero siempre con persistencia, acción y fe, sin perder nunca tu propósito.
  • Y que no importa tus actuales circunstancias, todo cambia para bien… ¡Créeme, sé porque te lo digo!

Así que si yo pudiera hablar con mi yo del pasado le diría esto, que voy a decirte a continuación y que fue lo que me permito conquistar este país…

“Solo preparándote tendrás éxito y podrás TRIUNFAR COMO EMPRENDEDOR LATINO”


Lo demás, las herramientas prácticas y las claves que me hubiera encantado tener cuando llegue aquí, las compartiré contigo dentro de este libro donde… ¡Tú y tu maleta son bienvenidos!


¿Estás listo? Iniciemos.

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